El 15 de abril de 1989, perdieron la vida 96 personas aplastadas contra las vallas del estadio ubicado en Sheffield a causa de una avalancha. Ocurrió en un encuentro entre el Liverpool y el Nottingham Forest, por una de las semifinales de la Copa de Inglaterra. Todos los fallecidos eran hinchas del Liverpool.
Un partido de semifinales de la Copa de Inglaterra (FA Cup) entre el Liverpool y el Nottingham Forest, fue el escenario del horror aquel nefasto 15 de abril de 1989, que había atraído a miles de aficionados al estadio de Hillsborough, en Sheffield.
La pesadilla se desencadenó a los seis minutos del inicio del encuentro en la tribuna donde se ubicaban los hinchas del Liverpool, separada del césped por una valla metálica, cuando más de 4,000 espectadores irrumpieron en ese fondo -en el que el público veía el partido de pie- y provocaron una avalancha.
Los espectadores que estaban más cerca del campo fueron aplastados contra la verja y, sin poder salir, 96 de ellos murieron asfixiados o por paro cardiaco. El árbitro, obedeciendo a las órdenes de la policía, puso fin al partido a las 15:06 hora local, los jugadores volvieron a los vestuarios y la policía intentó responder a la tragedia.
La “Tragedia de Hillsborough” se produjo cuatro años después de la “Masacre de Heysel”, que les había costado a los equipos ingleses una sanción de la UEFA de seis años sin participar en competiciones europeas.
Investigaciones de años posteriores concluyeron que las causas no habían tenido que ver con ninguna acción violenta por parte de los aficionados, sino a causa del exceso de aforo y el mal estado del estadio, que no cumplía los requisitos de seguridad necesarios.
Pese a que los hechos de Hillsborough no habían estado directamente provocados por actos violentos, fueron la espoleta para que el gobierno de la conservadora Margaret Thatcher se decidiese a actuar con contundencia y dictara la ley “Football Spectators Act” y el “Informe Taylor” para erradicar el fenómeno del “hooliganismo” y mejorar la seguridad en los estadios. Ello facilitó el nacimiento de la millonaria y privatizada Premier League.
El 12 de septiembre de 2012, una comisión de investigación independiente publicó una resolución por la que se deduce que la policía fue la más directamente responsable de la seguridad del estadio aquel día y, por lo tanto, la culpable de la tragedia. El primer ministro británico David Cameron ofreció sus disculpas en la Cámara de los Comunes. La mayoría de las familias de las víctimas sintieron que finalmente se hizo justicia.
El futbolista emblema y capitán del Liverpool, Steven Gerrard, se vio afectado directamente por esta tragedia tras perder un familiar ese fatídico día de 1989. Luego de haber debutado en la primera de los “Reds”, el jugador reconoció que el primo suyo de 10 años que murió en Hillsborough es su gran inspiración cada vez que entra al campo de juego.
Imágenes de la tragedia (pueden herir su sensibilidad)
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Mirá los pocos minutos que se pudieron jugar antes de que se desate la tragedia