Americup: Argentina aplastó a México de la mano de la sangre nueva y está en la final

Foto: La Nación

Cuando debía dar el paso al frente el equipo, los que levantaron la mano fueron Garino, Saiz y Brussino; el equipo no dependió de Campazzo ni Laprovittola, los experimentados y se impuso por 84-67; este domingo irá por el título, a las 21, ante los Estados Unidos.

Cuando el torneo pedía a gritos dar el paso al frente, las señales que llegaron para la Argentina fueron de las más saludables. La sangre nueva tomó el control y puso al equipo en la final de la Americup. Ni Campazo ni Laprovittola, resolvieron el asunto, los dueños de la pelota fueron Patricio Garino, Javier Saiz y Nicolás Brussino. Ellos resultaron tres de los hombres más importantes en la victoria sobre México por 84-67 y le permitieron alcanzar al conjunto nacional el objetivo primordial para esta competencia: llegar a la final. Este domingo, a las 21, tendrá una nueva prueba de fuego ante los Estados Unidos, que trajo a la Argentina una versión muy lejos de lo mejor que pueda ofrecer.

Hay cuestiones que no se miden por los resultados. La elección de talentos en un nuevo proceso es la que marca el pulso del objetivo que persigue la Argentina: consolidar un equipo para el futuro con el Mundial de China 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, como horizonte. En ese camino, saber que chicos como Saiz, de 23 años, que Máximo Fjellerup, de 19, Garino, de 24, Brussino, de 24, Lucio Redivo de 23, o Gabriel Deck, de 22, son parte de la base del proyecto de Sergio Hernández, es lo que alimenta la ilusión de saber que el seleccionado nacional tendrá un equipo competitivo y que estará a la altura de las exigencias de elite.

Algunos pasaje del encuentro con México, son material de estudio para el staff de Oveja Hernández, desde la defensa que ensaya Garino, que por momentos llenó de impotencia a un hombre clave rival, como Paco Cruz, así como los 11 puntos en la primera mitad de Saiz, un chico que promediaba hasta aquí 5.3 eso por juego, demuestran que en los momentos de alta tensión de una competencia este tipo de herramientas están al nivel de lo que pide el equipo. Y lo saludable es no descansa en Campazzo o Laprovittola, los herederos naturales de la Generación Dorada. En este torneo Hernández podrá sacar buenas conclusiones de los jugadores que le ofrecen lo que él necesita.

Y la confirmación que esperaba el entrenador llegó en el juego necesario, porque Saiz, el jugador de Regatas Corrientes, de la Liga Nacional, con 19 puntos pasó la dura prueba de soportar a pivotes como Mata. Pero también Brussino, el NBA de Atlanta Hawks, que no había tenido el mejor torneo, anoche ante México, reventó un par de veces el aro, aportó 17 puntos y cinco asistencias. Y Garino, nuevamente, Garino, el flamante jugador de Baskonia, fue el goleador del encuentro con 20 unidades, 6 rebotes, 3 asistencias y 4 robos.

Campazzo, la estrella del juego y del torneo, no tuvo su mejor noche, ya que apenas sumó siete puntos, y se cargó de faltas antes del cierre del primer cuarto. Y Laprovittola, si bien tuvo una mejor noche desde la conducción, no fue el jugador factor en el que se apoyo el equipo para dar batalla ante México. Lo que dejó el juego es cómo los que empujan desde atrás por el legado, le dieron los puntos, las defensas y sacaron de eje a jugadores como Mata, Cruz o Jorge Gutiérrez.

En definitiva, la Argentina de la mano de la sangre nueva, en su primera prueba sin integrantes de la Generación Dorada (Scola no jugó el torneo por lesión), logró llegar a una final. Aunque aquí lo que persigue este proceso no es un resultado, sino construir un estructura sólida para el futuro. Hay buenos guiños.

Fuente: La Nación