Ocurrió en el ascenso de Portugal. Dally anotó para su equipo, corrió hasta un lugar específico de la tribuna y mostró su calzoncillo. El árbitro, muy atento, lo mandó a los vestuarios.
Situaciones como estas se presentan pocas veces en el fútbol profesional, por eso cuando suceden generan la sorpresa de todos aquellos que viven día a día el mundo de la redonda.
Un delantero que milita en el ascenso portugués, quizás molesto por algunos insultos de la parcialidad rival, convirtió un gol y en la celebración fue a dedicarlo exclusivamente a un sector particular. ¿Resultado? El juez llegó rápidamente y cumplió con el reglamento, mostrándole la roja.
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