Liverpool fue implacable en los penales y venció al Chelsea para quedarse con la Supercopa de Europa

Luego de un 2-2 a lo largo de los 90 minutos y el alargue, los dirigidos por Klopp fueron certeros desde el punto penal y alzaron el primer trofeo de la temporada.

Liverpool estuvo más acertado en la definición por penales (5-4) y venció al Chelsea en la Supercopa de Europa. Un choque de alto voltaje que finalizó 2-2 a lo largo de los 120 minutos y se liquidó con tiros desde el punto penal, donde los de Klopp no erraron y el arquero Adrián le tapó el último a Abraham.

El choque fue un tanto cambiante, ya desde el primer tiempo. Los Reds salieron a la cancha a lo que nos tienen acostumbrados, con presión alta e intentando lastimar con armados rápidos en los pies de Mohamed Salah y Sadio Mané, por los costados. Pero con el correr de los minutos, se fueron apagando y les costó, mucho, enlazar el medio con el ataque.

Totalmente al revés fue el caso de los Blues. Fueron de menor a mayor en la primera etapa y tuvieron su premio a los 36′. N´Golo Kanté, figura del partido en este primer asalto, encontró muy bien a Christian Pulisic, que colocó un pase filtrado para la entrada de Olivier Giroud, que no perdonó a Adrián y decretó el 1-0 con el que se fueron al descanso.

En el entretiempo, Jurgen Klopp les debe haber dado un buen tirón de orejas a sus jugadores, porque salieron como una tromba desde los vestuarios.

El DT alemán decidió meter a Roberto Firmino desde el arranque en el complemento y le dio resultado en apenas 3 minutos de juego: el brasilero punteó un envío de Fabinho, para la llegada de Mane que definió con el arco a su merced para igualar el pleito.

Pese a que encontró rápido el gol del empate, el Liverpool no pudo vencer nuevamente la resistencia de Kepa. El arquero español se volvió una muralla y salvó en dos oportunidades al arco del Chelsea. A lo largo de los 90 minutos no se sacaron diferencias, y así se fueron al alargue en Turquía.

En el entretiempo, Jurgen Klopp les debe haber dado un buen tirón de orejas a sus jugadores, porque salieron como una tromba desde los vestuarios.

El DT alemán decidió meter a Roberto Firmino desde el arranque en el complemento y le dio resultado en apenas 3 minutos de juego: el brasilero punteó un envío de Fabinho, para la llegada de Mane que definió con el arco a su merced para igualar el pleito.

Pese a que encontró rápido el gol del empate, el Liverpool no pudo vencer nuevamente la resistencia de Kepa. El arquero español se volvió una muralla y salvó en dos oportunidades al arco del Chelsea. A lo largo de los 90 minutos no se sacaron diferencias, y así se fueron al alargue en Turquía.

El tiempo extra siguió la tónica de lo que fue el tiempo reglamentario. Primero golpeó el Liverpool, a los 5 minutos de la primera etapa del alargue con el tanto, otra vez, de Sadio Mané. Pero los dirigidos por Lampard no le dieron tiempo a los Reds para que se acomoden y el partido volvió a quedar en tablas a los 10′ gracias a un penal de Jorginho, ejecutado de manera magistral.

En el segundo tiempo del alargue, el partido se pinchó. Los jugadores de ambos lados dieron muestras notorias de su cansancio físico y parecía que llegaron a un acuerdo “invisible” de ir a los penales, ya que prácticamente no se atacaron. Así las cosas, la Supercopa de Europa se definiría desde los tiros penal, y allí, los de Liverpool fueron infalibles.

Arrancaron pateando los Reds. Firmino metió el suyo, Jorginho igualó para Chelsea, Fabinho puso los penales 2-1, y Barkley el 2-2. Origi cumplió y marcó el suyo, pero el jóven Mount volvió a poner los penales en tablas. Un tilde verde para Alexander Arnold, lo propio para un extenuado Emerson y Mohamed Salah fue el último de Liverpool en patear.

Con el 5-4 en la tanda, Abraham debía meter el suyo para mantener con vida al Chelsea. Pero Adrián hizo que Jurgen Klopp no extrañara al lesionado Alisson y se quedó con el remate del joven inglés para la algarabía de todos sus compañeros.

Así, Liverpool se quedó con el duelo de ingleses en Estambul ante el Chelsea y levantó su primer trofeo de la temporada.