El seleccionado femenino de vóleibol venció 3-2 a Camerún 3-2. Ahora, Rusia debe ganarle a Japón para que Argentina llegue con chances al domingo, cuando deberán imponerse a las niponas.
Las Panteras apuestan a otro milagro. Cuando parecía que se despedían de los Juegos Olímpicos, consiguieron otra vida: lograron dar vuelta un partido duro contra Camerún, lo ganaron 3-2 y ahora necesitan que Rusia le gane a Japón esta noche para llegar con chances a la última fecha, en la que deberán vencer a Japón el domingo y soñar con la clasificación. El triunfo celebrado con euforia en el Maracanazinho fue con parciales 19-25, 25-19, 26-28, 25-21 y 15-13.
El choque ante Camerún no le dejaba margen a Las Panteras, que al igual que su rival, venían de perder los tres partidos que habían disputado (ante Rusia Brasil y Corea del Sur) y no les quedaba otra que ganar y esperar un milagro.
El primer set fue de mayor a menor para las chicas argentinas. En un trámite impreciso para ambos lados, parecían llevar las riendas hasta que se produjo un quiebre con Argentina arriba 15-13. Desde ese momento se inició el bajón pronunciado del equipo que terminó cediendo el parcial inicial. Fueron siete puntos consecutivos para Camerún. Las Panteras no lograban bloquear los ataques de sus rivales, que empezaban a agrandarse al compás del público brasileño que las hacía locales en el Maracanazinho.
Los dos tiempos que pidió el entrenador argentino Guillermo Ordura (con el equipo 15-17 y luego 15-20) no surtieron efecto y las africanas cerraron el set 25-19 sin problemas en 26 minutos de juego.En el segundo, cambió el escenario porque mejoró radicalmente la defensa, con buenos bloqueos de Yael Castiglione en el centro, y continuaron los ataques certeros de Emilce Sosa y Tanya Acosta. Con el equipo más sólido en defensa todo fue más fácil para Las Panteras, que celebraron su primer set en los Juegos: 25-19.
El tercer parcial fue durísimo. Creció la figura de la capitana del equipo camerunés, Christelle Tchoudjang, que defendió todo lo que pasaba para su lado. Y en un cierre palo y palo, en el que se alternaban el dominio en el marcador, Las Panteras no pudieron. Las africanas lo ganaban 22-20, y allí Argentina logró emparejar y salvó cuatro set points en un final a puro suspenso. Hasta que el remate de Acosta rebotó en el doble bloque rival y se escapó el parcial 26-28.
Pero este equipo argentino tenía una vida más para dar y lo demostró en un cuarto set en el que ya no tenía margen pero lo dominó de punta con un buen trabajo en el centro de Sosa. El 25-21 llevó la historia a la definición y levantó al público argentino, unas 500 personas que apoyaron a Las Panteras con banderas y camisetas celestes y blancas.
El quinto y definitivo set siempre fue cuesta arriba para las argentinas, que caían 13-11 y otra vez mostraron coraje para revertirlo y llevarse el partido 15-13. Lo festejan apretadas en una montonera en el el centro del estadio. Se sacan fotos con sus familiares. Se abrazan con cada argentino que se les cruza. Ahora habrá que esperar. Pero este triunfo a Las Panteras ya no se los saca nadie. Y la esperanza de un nuevo milagro, tampoco.