En la estancia La Julia, propiedad del empresario, la Justicia encontró un entrepiso lleno de escombros que coincide con las declaraciones del valijero. El lugar, según informaron, estaba vacío.
Los investigadores que desembarcaron esta semana en Santa Cruz desplegaron un amplio operativo destinado a identificar las propiedades atribuidas a Lázaro Báez y su entorno. Este sábado le tocó el turno a la estancia La Julia, ubicada a la vera del Río Santa Cruz, cerca de El Calafate, en donde el ex valijero Leonardo Fariña había declarado que el hombre del kirchnerismo tenía una bóveda.
Efectivamente, la Justicia encontró, entrando por la bodega, una puerta negra de chapa reforzada que daba a un entrepiso lleno de escombros donde entran de alto dos cajas apiladas, lleno de humedad y mal olor, causados por una pérdida de agua cuya filtración llega hasta allí.

El espacio, de unos 300 metros cuadrados, coincide con la descripción que hizo Fariña y sobre el cual se explayó “Carlos”, el albañil que en Calafate habló con los medios y compartió con el los planos de esa y otras propiedades de Báez en las que el trabajo. El ex esposo de la modelo Karina Jelinek habló incluso de “dinero que no servía por la humedad”.