Gabriel Fernández, un panadero de la localidad Mariano Acosta, Partido de Merlo Prov. de Bs. As. , dijo que busca “incentivar a los chicos con una docena de facturas por cada buena nota que traigan en el cuaderno de la escuela”.
Gabriel Fernández, un panadero de la localidad Mariano Acosta, partido bonaerense de Merlo, sorprendió al decidir premiar a los chicos de su barrio a los que le vaya bien en el colegio. Pese a la difícil situación económica que atraviesa, anunció que regalaría una docena de facturas a aquellos que se saquen un 10 en la escuela.
El boca a boca hizo que tarde tras tarde, en la vereda del comercio se forme una fila con decenas de chicos que pasan a buscar su premio y esto significa una alegría para el comerciante de 61 años.
La confitería, llamada Karina en honor a la sobrina de Gabriel, abrió hace dos años.
“En realidad esta no fue una idea mía, es una idea que copié el año pasado de un heladero que regalaba un kilo por cada 10 que le llevaban los chicos de la zona. La iniciativa me pareció muy buena y como estoy cerca de dos colegios, me pareció piola incentivar a los chicos con una docena de facturas por cada buena nota que traigan en el cuaderno de la escuela”, comentó Gabriel a LaNoticia1.com, quien precisó que desde hace 38 años se especializa en el rubro.
“A muchos clientes le parecía que era un chiste hasta que fueron viendo que era verdad. Ahora te puedo garantizar que al mediodía y a la tarde tengo cola de chicos que vienen a buscar su premio”, contó el panadero quien detalló: “Estamos entregando cerca de 40 docenas de facturas por día. A veces un poquito más, a veces un poquito menos, pero ese es el promedio de facturas que estamos regalando”.
Ante este incentivo, los chicos ahora compiten para ver quién es el que más facturas pasa a buscar. “En esto hay algo muy lindo, sobre todo con lo que me pasó con un chiquito de 12 años que vive en el barrio. Él anda todo el día en la calle, es un chico muy inteligente pero no venía andando bien en la escuela. Los compañeritos lo cargaban y le decían que era un burro, hasta que un día pasó algo increíble”.
“Mientras estábamos atendiendo, entró y me dijo: ‘Mirá Gabriel’ y me mostró un 10 en una prueba de matemáticas que estaba firmada por la maestra. Este nene le terminó tapando la boca a todos. Y en ese momento me di cuenta que un incentivo era todo lo que él necesitaba”, relató el comerciante.
Pero la confitería Karina va por más: anunció que al final de este trimestre premiarán con una torta a los chicos del barrio que traigan un 10 en sus boletines. “Esto es algo como para que los chicos se esmeren un poquito más. A veces se arman competencias para ver quien saca más 10 y quien viene a retirar más facturas. Verles las caritas de felicidad cuando reciben su premio no tiene precio”, contó.