El viernes pasado, en la localidad de Río Tercero, se llevó a cabo una reunión convocada por la Comunidad Regional del Departamento Tercero Arriba, con el objetivo de presentar una propuesta para constituir un consorcio destinado a la conservación del recurso más valioso que tiene el campo: el suelo.
Del encuentro participaron 80 personas, entre productores, técnicos, funcionarios y autoridades locales. Por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos de la Provincia estuvo presente el director de Conservación de Suelos y Manejo de Aguas, Eugenio Fernández. Esta área es la que recepta los pedidos de conformación de este tipo de entidades, en el marco de la Ley de Suelos.
Los objetivos del consorcio a constituirse serán los de ordenar los escurrimientos hídricos de la cuenca de Tercero Arriba que cubre aproximadamente unas 30 mil hectáreas, controlar la erosión hídrica en los ámbitos rurales y regular el ingreso de agua de lluvia a las localidades de Almafuerte, Río Tercero y Tancacha. El nombre institucional de este consorcio será Los Cóndores-Almafuerte-Río Tercero.
Entre los asistentes estuvieron también el titular de la Comunidad Regional Tercero Arriba; los intendentes de Almafuerte, Tancacha, Corralito, Río Tercero y Punta del Agua; el presidente de Federación Agraria filial Río Tercero; y los responsables de los consorcios de conservación de suelos Santa Catalina y Las Isletillas.
Con este primer paso realizado, ahora se debe convocar a la Junta Promotora y a la Asamblea Constitutiva, a los fines de designar a las autoridades del ente. El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentos de la Provincia tiene como una de sus políticas centrales el impulso y fomento de estos consorcios, en el marco de las acciones destinadas al desarrollo de una producción sustentable.
Fuente: Gobierno de Córdoba
Aspectos técnicos de la erosión hídrica
Las características edáficas de la zona geográfica involucrada en el proyecto, por el nivel de pendiente y la textura del suelo: franco limosa, favorecen el proceso de erosión hídrica. El mismo es un fenómeno que está relacionado al movimiento horizontal del agua en las lluvias copiosas (escorrentía). Estas arrastran partículas de suelo y consigo se lleva importantes tonelajes del mismo desde las zonas altas a las llanuras o a microrelieves de depósito (bajos).
La erosión puede generar la pérdida de suelo de distintos lotes de un campo, y de la capa más superficial (con mayor fertilidad). Pero también puede erosionarlo de manera mas grave como se da en el caso de las Cárcavas. Estas son hondonadas longitudinales, de extensión, profundidad y ancho variable, según la intensidad del fenómeno que las provoca. En el relieve se distinguen como inmensos pozos o lechos de río vacíos. Su génesis es compleja, pero está relacionada inicialmente al arrastre superficial de partículas de suelo en una línea específica, y luego en ese mismo lecho se desmoronan bloques completos (agrietamientos), socavados por el agua desde su base. Estas cárcavas a su vez aumentan de manera exponencial. Algunas de ellas pueden tener profundidades que superan los 10 metros con un ancho de 20 0 30 metros. Son muy características de suelos de acumulación aluvial que están cercanos a la base de las sierras cordobesas. Los mismos presentan pendientes y texturas que son susceptibles de erosión hídrica.
Es menester aclarar que los suelos que hoy se destinan a la agricultura extensiva, otrora estaban cubiertos por especies arbustivas y arbóreas nativas que mantenían la fracción superficial cohesionada, y también protegida del efecto devastador de las lluvias intensas. Esta cubierta vegetal se fue perdiendo por el avance de la acción antrópica (del hombre), y desplazada por los cultivos tradicionales, herbáceos de menor porte. Sobre éstos suelos “prácticamente desnudos” se provocan lluvias con capacidad de erosionar. Se considera lluvia erosiva, a aquella que supera el valor de infiltración ( movimiento vertical de agua en el perfil edáfico). Por ejemplo, un suelo que está capacitado para absorber 18 milímetros por hora, recibe una precipitación que es del orden de los 30 mm. En ese caso la capa superficial queda con un espesor o sobrante de 12 mm de agua que al no poder penetrar, se escurre de manera superficial. Si dicho fenómeno sucediese sobre un lugar plano, o ligeramente cóncavo, sencillamente se produciría un encharcamiento momentáneo. Sin embargo, en suelos con pendiente, el agua escurre (de forma horizontal) y a veces de modo muy violento, tanto más cuanto mayor sea el valor del declive, y con eso arrastra partículas de suelo suspendidas en el agua, conformando lo que se conoce como erosión hídrica superficial.
La siembra directa, las terrazas con bordos realizadas siguiendo curvas de nivel, y los gaviones (bloques rectangulares de roca cubiertos por una malla de alambre), son algunas de las alternativas para contrarrestar el efecto perjudicial de pérdida de suelo. Pero es importante desarrollar obras que sin el aporte fundamental de recursos del estado provincial y la articulación entre productores y especialistas, serían imposibles de ser materializadas.
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En éste marco es que se desarrolla en Río Tercero y la zona de influencia un esfuerzo mancomunado entre actores privados y públicos para contribuir con la conservación de los suelos. Capital indispensable para el desarrollo agropecuario, del presente y futuro de la provincia de Córdoba.