El cereal de invierno que ha tomado más protagonismo en el último lustro, por la posibilidad de ser utilizado con doble propósito (malta cervecera y alimento para el ganado) es sin dudas la cebada. Además no se debe soslayar su importancia como un integrante clave de la rotación. Un aspecto fundamental del manejo del cultivo es la fertilización nitrogenada. De ella depende principalmente su potencial productivo, y algo que no es menos importante: su calidad y nivel de proteína.
Fertilización nitrogenada destinada a potenciar el rendimiento
El momento más adecuado para aspirar a un cultivo con muy buenos rendimientos y “sacarle el jugo” al fertilizante, es en etapas tempranas del mismo. Es menester aclarar, que éste es solo un aspecto relacionado a la fertilización y que la expresión del potencial productivo del cereal, está relacionado también a otros factores edáficos y al balance con otros nutrientes. Sin ahondar en mayores detalles, y partiendo de un buen perfil de humedad, se puede esperar una muy buena respuesta a la fertilización, aplicando el fertilizante nitrogenado al momento de la siembra, cercana a ésta e incluso hasta el macollaje. Se defiine el macollaje, en cereales de invierno, como el período que se extiende desde cinco hojas hasta el primer nudo visible en el tallo principal. En años con perfiles hídricos de abundancia, como éste, la ventana de respuesta se puede ampliar aún más.
Regla práctica
Si la cebada ya está emergida, lo mejor es aplicar fertilizante frente al próximo pronóstico de precipitaciones, según la superficie a cubrir, 1 a 3 días antes de la lluvia te asegura una incorporación eficiente cualquiera sea la fuente a utilizar. Obviamente que puede suceder que la lluvia no llegue o que el pronóstico no se cumpla, pero si se parte de cierto nivel de humedad en el perfil, ésto no sería tan preocupante, y solo habrá un poco más de volatilización, pero sin dudas que con el pronóstico en mano, la incertidumbre es menor que aplicando en cualquier momento.
Nutrición destinada a incrementar el nivel proteico
Desde el período fenológico denominado encañazón (luego del macollaje) y en adelante, la planta va cambiando la partición y se apresta a priorizar los destinos relacionados a la espiga. Los componentes del rendimiento se van definiendo y es más probable que una parte sustantiva se acumule en el grano incrementando la concentración proteica.
Entre hoja bandera y espigazón, es el estado ideal para corregir proteína. Entonces lo más recomendable es buscar la ventana de aplicación en hoja bandera, .porque la antésis es adelantada en cebada en comparación con trigo. Cuando emerge la espiga el cultivo ya está llenando sus granos y a pocos días (10-15) de la madurez fisiológica MF. A partir de la MF no tendrá ningún sentido la aplicación del nutriente, y es por eso que no se debe fallar en el monitoreo de los estados fenológicos del cultivo.
Una herramienta muy utilizada para distinguir las distintas etapas en el crecimiento y desarrollo de la cebada es la misma que se utiliza para el trigo (clave fenológica de zadoks)

Fuente consultadas:
http://agroconsultasonline.com.ar (Recomendaciones del Ing Agr: Gustavo Ferraris sobre fertilización en Cebada)