Esta mañana comenzó la votación del referéndum que decidirá si este país se independiza o sigue formando parte de Reino Unido.
Desde las siete de la mañana (hora local), los escoceses y demás residentes en ese país mayores de 16 años empezaron a depositar en las urnas las boletas que van a decidir si se independiza o sigue formando parte de Reino Unido. Lo que parecía una decisión aparentemente sencilla acabó acaparando la atención no solo de los británicos sino de Europa entera y Estados Unidos por las consecuencias geoestratégicas que desataría la escisión.
Los resultados no se conocerán hasta el viernes. En tanto, una encuesta de Ipsos Mori publicada este mismo jueves concede una ventaja del 6% al sí, un 53% frente al 47% del no. Un 4% son indecisos. Por su parte, una encuesta de la firma YouGov para los diarios The Sun y The Times otorga hoy al “no” a la independencia de Escocia una ventaja de cuatro puntos, con un 52 %. El estudio fue efectuado entre el pasado lunes y miércoles entre 3.237 personas que ya habían participado en otra encuesta idéntica los pasados 12 de agosto y 10 de septiembre.
Se espera una gran afluencia de votantes y los datos del voto por correo respaldan esa impresión: un 80% de los 790.000 ciudadanos que pidieron votar a distancia ya han ejercido su derecho. Los escoceses se lo tomaron muy en serio. 4.285.323 personas se apuntaron en el registro electoral, el 97% de los que tenían derecho a registrarse.
Cabe aclarar que, de ganar el sí, Escocia sería el primer estado independiente creado en Europa desde la sangrienta desintegración de Yugoslavia (1991-1999) pero se asemejaría más a la partición pactada y pacífica, en 1993, de la entonces Checoslovaquia en dos países, la República Checa y Eslovaquia.