El Presidente de los Estados Unidos enviará este miércoles al Congreso una propuesta de ley para que los parlamentarios autoricen el uso de la fuerza contra el Estado Islámico (EI).
Es el primer pedido de autorización para el uso de la fuerza militar en la gestión del actual Presidente y se dirigirá, en caso de ser aprobado, contra el grupo extremistas ISIS, que ya ha ocupado una porción de territorio importante en Irak y Siria, implementando la Ley Sharia en los espacios bajo su control.
Todavía temiendo al fantasma de Afganistán, esta vez la propuesta elaborada por Obama limita las operaciones a tres años y restringe el uso de tropas estadounidenses en “ofensivas terrestres permanentes”.
Ahora el debate queda en manos del Senado, lugar en el que lucharán los demócratas, quienes se oponen a intervenir nuevamente en Medio Oriente y los republicanos, quienes apoyan medidas más duras contra el extremismo islámico.
Con este plan, el Presidente intenta acallar las críticas que lo rodearon por tomar la decisión de ponerse al frente de una coalición internacional contra el yihadismo sin buscar la anuencia del Poder Legislativo.
La gestión Obama ha respondido a eso sosteniendo que las operaciones comenzadas en agosto pasado se basaban en una autorización aprobada durante la presidencia de George W. Bush en 2002 para la guerra de Irak, y en el año 2001 para la lucha contra Al Qaeda y otros grupos extremistas.
El pedido del Presidente Premio Nobel de la Paz para autorizar la guerra contra Estado Islámico señala que dicha organización “constituye una grave amenaza”.