La situación en África, principalmente en la frontera entre Kenia y Somalía, alcanza por estas horas su punto máximo de tensión debido a la decisión de las autoridades keniatas de comenzar a bombardear los centros extremistas ocupados por el grupo Al Shabab.
Así lo confirmaba durante el día de hoy el vocero de las Fuerzas de Defensa de Kenia, David Obonyo. Aviones de su país bombardearon campamentos yihadistas en Gondodowe e Ismail, en la región de Gedo, al sur de Somalia y en la frontera entre ambos países.
A pesar de esta afirmación oficial, la guerrilla somalí ya se ha expresado anunciando que las bombas de la aviación keniana cayeron en áreas fuera de las bases y no han generado daños.
El ataque se da en respuesta a la masacre que el grupo extremista perpetró el jueves pasado contra una universidad keniana, en la que los terroristas mataron a 148 personas. El atentado contra la Universidad de Garissa es el peor desde el ataque contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que causó 213 muertos. Al Shabab se adjudicó el hecho, en represalia a la intervención del ejército keniano en Somalía, su lugar de asentamiento.
En el plano interno, Kenia inició ayer tres días de duelo nacional en memoria de las víctimas. El país, cristiano en un 80%, recordó durante Semana Santa a los estudiantes asesinados en el campus, que en su mayoría eran cristianos. El presidente Uhuru Kenyatta anunció que responderán “con la mayor severidad”.
Las autoridades siguen además buscando al que consideran el cerebro del ataque, Mohamed Mohamud, un antiguo profesor keniano de una escuela coránica de Garissa que se unió primero al movimiento de los Tribunales Islámicos y luego a Al Shabab.
Desde el 2011, Kenia decidió entrar Somalía para luchar contra los insurgentes y luego las tropas de Nairobi se integraron a las fuerzas de la Unión Africana para luchar contra los insurgentes islamistas. Los yihadistas advirtieron, en respuesta a la intervención, que existirá una “guerra larga y espantosa” si Kenia no retira sus tropas del país vecino y amenazaron con nuevos atentados.
Imagen: EFE