Desde afuera, Corea del Norte parece un Estado empobrecido, aislado del resto del mundo e incapaz a alimentar a su propio pueblo. Sin embargo, durante el desfile militar celebrado en Pionyang el domingo pasado, volvió a demostrar su poderío, algo imposible si no se cuenta con suficientes fuentes de financiación.
A mediados del siglo XX era uno de los países más industrializados de Asia, pero hoy es visto como un desastre económico.
En medio de la tensión creciente, el sábado Corea del Norte conmemoró el 105 aniversario del nacimiento de Kim il-Sung, fundador de la nación y “presidente eterno”, con un enorme desfile militar en Pyongyang.
El acto, que pareció exhibir nuevos misiles balísticos intercontinentales y submarinos armados, fue considerado una deliberada muestra de la fuerza militar norcoreana.
Además, al día siguiente, Corea del Norte intentó lanzar un misil desde su costa este, según informaron Corea del Sur y EE.UU.
Aunque este último ensayo falló, ya que el misil explotó casi inmediatamente, Corea del Norte ya ha llevado a cabo en los últimos años cinco pruebas nucleares y una serie de lanzamientos de misiles exitosos.
Se cree que Corea del Norte tiene más de 1.000 misiles de distintas capacidades, incluyendo unos de largo alcance, que podrían llegar a EE.UU.
Son muy pocas las naciones de la Tierra que pueden desarrollar estas avanzadas y costosísimas tecnologías, lo que lleva a algunos a preguntarse cómo financia Pyongyang estas actividades.
Exportación e inversión
En primer lugar, se requieren divisas extranjeras. Muchos están de acuerdo en que Corea del Norte ha hecho importantes adquisiciones foráneas de tecnología, en ciertos casos con fines militares.
La deteriorada economía norcoreana
- US$40.000 millones PIB de Corea del Norte
- US$3.800 PIB per cápita (ajustado por poder adquisitivo) de Corea del Norte
- US$3.834 millonesValor de las exportaciones anuales de Corea del Norte
- 208 Puesto de Corea del Norte en el escalafón de naciones según su PIB per cápita
Y pese a que es uno de los últimos países del mundo que trata de mantener una economía centralmente planificada, al modo estalinista, todavía consigue desarrollar un sector exportador.
En su página web, la CIA estima que el tamaño de la economía del país se encuentra por el orden de los US$40.000 millones, similar en tamaño a la de Honduras.
Las exportaciones de Corea del Norte suman US$3.834 millones, parecido a lo que exportan en un año dado Mozambique o el minúsculo estado europeo de San Marino.
Entre los productos que Pyongyang vende al exterior están minerales, productos metalúrgicos, manufacturas -incluyendo armamentos-, textiles y productos agrícolas y pesqueros.
¿Pero cómo es que un país con una economía del tamaño equiparable con algunas de las más pobres de América Latina puede costearse un programa nuclear?
Pasaron hambre
La respuesta parece estar en la naturaleza autoritaria y centralizada del gobierno, que puede acaparar los escasos recursos del país y concentrarlos en fines militares, incluso a expensas del nivel de vida de sus ciudadanos.
El PIB per cápita de Corea del Norte, ajustado a su poder de compra, llega a US$1.800, lo que pone al país asiático en el puesto 208 entre 230 naciones, comparable al de Ruanda y Haití.
En la década de los 90 Corea del Norte enfrentó la amenaza de una hambruna generalizada y su economía tardó largo tiempo en recuperarse del desastre.
Fue un proceso tan traumático que hasta 2009 el país recibió sustancial ayuda alimentaria de la comunidad internacional.
Hoy se cree que su producción agrícola interna ha mejorado.
Los clientes
¿Y quienes son los clientes de los productos norcoreanos?
Principalmente su aliado político clave, China, país que compra el 54% de su producción.
El segundo lugar, inesperadamente es para Argelia, que representa el destino del 30% de las ventas norcoreanas.
Y a Corea del Sur van el 16% de sus exportaciones.
Pese a que esta última nación y Corea del Norte mantienen una de las confrontaciones militares más prolongadas que ha visto el mundo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los dos países han venido aumentando sus vínculos económicos.
Algunas inversiones surcoreanas se han concentrado en ciertas partes del país, ofreciéndole al gobierno de Pyongyang otra valiosa fuente de divisas.
El núcleo más importante de inversiones surcoreanas, el complejo industrial de Kaesong, enfrenta un futuro incierto después de que este miércoles el gobierno de Seúl anunciara que suspendía su participación en la iniciativa debido a las crecientes tensiones políticas entre ambos países por los ensayos nucleares de Corea del Norte.
Corea del Sur dice que no quiere que los recursos generados por esta zona industrial se destinen al programa militar del Norte.
Y las sanciones económicas impuestas por varios países, incluidas las más recientes de Japón, seguirán debilitando la economía norcoreana.
No obstante, mientras el gobierno del presidente Kim Jong-un siga dispuesto a extraer sacrificios sustanciales de sus habitantes, puede esperarse que Corea del Norte continúe desarrollando su capacidad militar muy por encima de lo que podría esperarse de una nación en sus limitadas condiciones económicas.