Canadá: atropellaron a peatones a pocos kilómetros del encuentro de ministros exteriores del G7

Este lunes al medio día, una furgoneta de color blanca embistió contra transeúntes en la localidad de Yong St., en North York, Toronto. A 30 km del lugar del hecho se llevaba a cabo un encuentro con ministros de relaciones exteriores del G7. Aún no se confirmó sin se trató de un atentado.

Según afirmaron testigos a la CNN, una furgoneta blanca condujo durante unos 800 – 1600 metros a lo largo de la avenida, golpeando uno por uno a los individuos que transitaban el lugar y arrastrándolos sobre la vereda. En un comienzo, los testigos no podían distinguir si se trataba de un accidente de tránsito o de una acción deliberada. El coche blanco habría traspasado la barrera que limita el paso vehicular de la calle con el área peatonal.

El suceso ocurrió a las 13.30 hora local, cuando gran cantidad de empleados de las oficinas circundantes salían a la calle para almorzar. Asimismo, se localizó a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad canadiense, donde se organizó el encuentro de los ministros de exteriores del G7, integrado por representantes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido.

El hospital Sunnybrook Health Services Centre compartió, vía Twitter, que recibió ocho víctimas, de las cuales una, luego de ingresar con los signos vitales ausentes, fue declarada muerta. El instituto médico confirmó, además, que cinco pacientes están en estado crítico.

La furgoneta fue hallada y el conductor detenido, según informaron medios locales. La policía, por su parte, identificó al autor de la embestida como Alex Minassian, un hombre sin antecedentes policiales, y cuyas causas para realizar el hecho son desconocidas, de acuerdo a lo expuesto por la cadena CTV.

Ralph Goodale, ministro de Seguridad Pública de Canadá, declaró que “ni la policía ni el Gobierno han llegado a una conclusión sobre los motivos detrás del mortal incidente” (Sputnik).

En consonancia con este hecho, no está de más recordar que tanto en Estados Unidos como en Europa se han concretado ataques en los que un vehículo fue empleado como arma mortal. El último conocido fue en Nueva York, a fines de octubre, y dejó siete muertos.