El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó el viernes a Irán de estar detrás del ataque a dos petroleros en el golfo de Omán, acusaciones que Teherán rechaza, una escalada en la guerra dialéctica entre los dos países que ha desatado la tensión en el Golfo.
Dos petroleros, uno noruego y otro japonés, sufrieron ataques de origen desconocido mientras navegaban cerca del estrecho de Ormuz, una de las principales vías del mundo para el comercio de petróleo.
Cuatro navíos, tres de ellos petroleros, padecieron ataques similares frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos, por los que Trump señaló a la República Islámica.
“Irán lo hizo”, dijo en una entrevista en la cadena Fox, después de que el Pentágono publicara imágenes del suceso. En el video se ve a tripulantes de lo que parece ser una embarcación de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen iraní, retirando “una bomba lapa sin explotar” del casco de uno de los buques atacados.
“Vemos el barco, con una mina que no ha explotado y está firmada por Irán”, aseguró Trump, quien agregó que los Guardianes de la Revolución, considerados por Washington como organización terrorista, “no querían dejar ninguna prueba detrás de ellos”.
Rusia, aliado de Irán, condenó “severamente” los ataque y pidió a Estados Unidos que no “saque conclusiones precipitadas”, mientras que China apeló al “diálogo”.
Los aliados de Washington en la región condenaron también los ataques. Arabia Saudita mostró su “gran preocupación” y los Emiratos Árabes Unidos denunciaron una “escalada peligrosa” en la región.
“Irán es responsable de los ataques en el golfo de Omán”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que denunció “una escalada inaceptable por parte de Irán”.
Por su lado, el jefe del Pentágono, Patrick Shanahan, aseguró que los ataques no son un problema estadounidense, sino mundial, y pidió alcanzar un “consenso internacional” para poner fin a la situación.
Sabotaje diplomático
El secretario general de la ONU, António Guterres, insistió el viernes en la necesidad de una investigación de una “entidad independiente” para establecer responsabilidades.
“Es muy importante saber la verdad. Es muy importante que se aclaren las responsabilidades”, dijo Guterres.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, viajó el jueves a Irán para intentar mediar entre Washington y Teherán, que defiende no haber participado en los ataques.
El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, acusó a Estados Unidos en Twitter de utilizar “la diplomacia del sabotaje”.
La cadena informativa en inglés del estado iraní escribió en Twitter que los Guardianes de la Revolución fue “la fuerza más cercana a la escena del incidente” y que Irán había sido “el primero en ir allí para salvar a las tripulaciones”.
El presidente iraní, Hasán Rohani, de visita en Kirguistán, acusó a Washington de ser una “grave amenaza para la estabilidad en la región y el mundo, al violar las reglas internacionales”.
La región sufre una escalada de la tensión entre Irán y Estados Unidos desde que, hace un año, la administración Trump decidiera abandonar unilateralmente el acuerdo internacional nuclear iraní y restableciera las sanciones económicas contra Teherán.
Washington envió en mayo refuerzos militares a Oriente Medio para evitar ataques “inminentes” de Irán contra intereses estadounidenses.
Estados Unidos acusa al régimen iraní de tratar de perturbar el abastecimiento de petróleo a nivel mundial con el cierre del estrecho de Ormuz, por donde pasa el 30% del crudo global transportado por vía marítima, una amenaza blandida en el pasado por Teherán.
Amenazas sobre Ormuz
Los iraníes “no van a cerrar (el estrecho), no se cerrará, no se cerrará en mucho tiempo y lo saben. Ya se les ha dicho en los términos más fuertes”, advirtió Trump.
“Si estas aguas se vuelven peligrosas, el suministro de todo el mundo occidental podría verse amenazado”, dijo Paolo d’Amico, presidente de Intertanko, una asociación de petroleros de la que forman parte las dos empresas navieras propietarias de los buques atacados.
El “Front Altair”, cargado de nafta, un producto derivado del petróleo, sufrió tres explosiones que provocaron un incendio. La armada iraní rescató a los 23 miembros de la tripulación y los transportó al puerto de Bandar Abbas antes de su repatriación, según Frontline, compañía propietaria del barco.
“Kokuka Courageous”, un metanero, fue blanco de disparos aunque su carga está intacta, según su operador japonés, Kokuka Sangyo. La marina estadounidense rescató a los 21 miembros de la tripulación y los escoltó hasta el puerto de Khor Fakkan, en Emiratos Árabes Unidos.
Según el propietario, la tripulación vio un “objeto volador” que apuntaba al petrolero. “Entonces hubo una explosión”.
Los precios del petróleo subieron después de los ataques. A las 13H35 GMT del viernes, el barril de Brent para entrega en agosto valía 61,50 dólares en Londres, 19 centavos más que al cierre del jueves. En Nueva York, el barril de WTI para entregar en julio subió 13 centavos, a 52,15 dólares.