Después de que miles de manifestantes y organismos internacionales reclamaran por la suspensión del conteo provisorio de votos, el Tribunal Superior Electoral de Bolivia reanudó en la noche de este lunes la difusión de los datos del escrutinio, 24 horas después de su primer y único parte que anunciaba que habría balotaje.
Ahora, con el 95,33% de las actas verificadas, Evo Morales amplía su ventaja llegando al 46,86% y Carlos Mesa se ubica segundo con 36,72%, lo que significa que el actual Presidente obtendría su re-reelección en primera vuelta.
La tensión subió al máximo en la tarde del lunes frente al hotel Radisson Plaza de La Paz, donde se encuentra la sede de cómputo del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Allí se congregaron manifestantes opositores y partidarios de Evo Morales mientras se demoraba la difusión de los resultados de las elecciones presidenciales de este domingo.
Tras la suspensión del conteo provisorio de datos, el líder opositor Carlos Mesa había llamado a sus simpatizantes a “una vigilia” en todas las ciudades del país para cuidar los votos que lo estaban colocando en un balotaje junto al presidente Evo Morales.
La interrupción de los datos oficiales se había dado inmediatamente después de que se conocieran los primeros números del escrutinio, a las 19.40 (hora local) del domingo. En ese momento se dio a conocer que, con el 83,76% de las actas verificadas, a Morales no le alcanzaba para consagrarse en primera vuelta: el MAS había obtenido 45,28% de los sufragios, mientras que CC cosechó 38,16%.
Faltaban contabilizar cerca del 17% de las actas, pero no se conoció ningún dato más, porque se suspendió el escrutinio provisorio y se pasaba al definitivo que podría demorar hasta ocho días en dar a conocer los resultados.
Tanto Mesa como la misión de observación electoral de la OEA solicitaron explicación al TSE por la suspensión del escrutinio provisorio pero no obtuvieron respuesta. Mesa ya advertía que podían alterarse los resultados y exigía que “no sea burlado” el escrutinio. Morales, en tanto, al hablar el domingo por la noche, se mostraba confiado en que con los votos que faltaba contabilizara, superará el 50% y ganará en primera vuelta, lo que no hizo más que aumentar las sospechas del líder opositor de que se podían alterar los resultados.