El papa Francisco dio inicio al Jubileo ordinario 2025 con la solemne apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en una ceremonia que reunió a más de 20.000 fieles en la Plaza San Pedro. En el marco de la misa de Nochebuena, el Pontífice explicó el significado de este Año Santo, centrado en la esperanza, y llamó a los cristianos a “levantar la voz contra el mal y las injusticias, especialmente las que afectan a los más pobres”.
Durante la ceremonia, Francisco atravesó el umbral de la Puerta Santa, un gesto cargado de simbolismo que marca el inicio de un tiempo de perdón, reconciliación y renovación espiritual para los cristianos. “Este es el tiempo de la esperanza, que nos invita a transformar el mundo para que sea realmente un tiempo jubilar”, afirmó el Papa. También reiteró su pedido a los gobernantes para reducir la deuda de los países pobres y abolir la pena de muerte.
En su homilía, el Pontífice vinculó el nacimiento de Jesús con el tema central del Jubileo: la esperanza. “Si Dios viene, aun cuando nuestro corazón se asemeja a un pobre pesebre, entonces podemos decir: la esperanza no ha muerto, está viva y envuelve nuestra vida para siempre”, expresó. Además, instó a los fieles a asumir un compromiso activo contra las injusticias ya construir un mundo donde “reinen la paz y la justicia”.
El Papa destacó que la esperanza cristiana no es pasiva, sino un llamado a la acción. “Nos pide no detenernos en la rutina ni la mediocridad, sino tener la valentía de cambiar lo que no está bien”, señaló. También subrayó la importancia de llevar esperanza “allí donde la vida está herida, en los sueños rotos, en los fracasos y en el sufrimiento”.
La misa de Nochebuena, celebrada en una Basílica de San Pedro resplandeciente tras meses de restauración, marcó un emotivo comienzo para el Jubileo. Francisco cerró su mensaje llamando a los fieles a ser “peregrinos de la esperanza” ya trabajar activamente por un mundo más justo y solidario. Mañana, el Papa impartirá la bendición Urbi et Orbi y su tradicional mensaje navideño desde el balcón central de la Basílica.