El abogado de la familia de Lola dijo que la investigación contra este sospechoso no arrojó “resultados favorables”.
“Conejo”, un changarín de 45 años, que había sido identificado por los investigadores a través de un dictado de rostro, recuperó la libertad tras ser indagado durante varias horas por la jueza de la causa, Marcela López, del Departamento de Rocha, Uruguay.
El hombre fue detenido el miércoles por la tarde por la Policía en Valizas y ayer por la mañana fue llevado hasta la sede del juzgado de López adonde ingresó a las 9.40, esposado y custodiado por personal policial.
El vocero de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay, Raúl Oxandabarat, informó que el sospechoso fue sometido a un careo con un hombre con el que el 28 de diciembre pasado -día en que desapareció Lola- trabajó en los techos de una casa frente a la playa de Valizas.
Este testigo había asegurado ante la jueza López que ese día el “Conejo” se ausentó de su lugar de trabajo entre las 15 y las 18 y que regresó con comida a pesar de que no tenía dinero.
En su declaración indagatoria, el sospechoso dijo, respecto al dinero que utilizó para comprar la comida, que una parte la había encontrado en la playa y otra se la dio su madre, lo que coincide con el relato que había hecho la mujer ante la jueza el martes último.
Luego, la magistrada ordenó realizar una rueda de reconocimiento del sospechoso ante otros dos testigos, un carpintero de la zona y el hombre que encontró el cuerpo de la víctima junto a su hijo de 14 años. Ambas ruedas dieron resultado negativo, indicó la fuente consultada.
Finalmente, alrededor de las 17.40, el “Conejo” salió del juzgado por sus propios medios y tras saludar con besos hacia el sector donde se encontraban los periodistas se retiró del lugar a bordo de un móvil policial. Para el abogado del changarín, Angel Sosa, su representado “no tiene nada que ver con el hecho”, al tiempo que consideró que la causa volvió “a fojas cero”.