Una iniciativa cordobesa está empezando a revolucionar el negocio de las construcciones sustentables y ya trabajaron en laboratorios, fábricas y hasta en la Quinta de Olivos.
Quien dirige el proyecto es Lucas Recalde, un emprendedor de las Sierras Chicas que junto a los arquitectos de Quinua Arquitectura y al especialista en Abordaje de Problemáticas Sociales (UNLa) Martín Fogliacco, formaron la empresa Tres Construcciones (3C), una constructora que proyecta impactar social, ambiental y económicamente en la comunidad, a partir de la fabricación de fardos de PET recuperados y viviendas familiares ecológicas.
Bajo este modelo de negocio, la compañía factura un millón de pesos mensuales.
El sistema desarrollado por 3C permite luego encastrar esas columnas ultralivianas en las zapatas de los cimientos y levantar las viviendas como si se tratara de un juego de bloques. Finalmente, los muros de botellas prensadas se revisten con cemento para darles una apariencia tradicional. Al finalizar la construcción, la vivienda terminará costando apenas un 40 por ciento de lo que sale levantar una casa de material. “Estas viviendas cumplen con normas sismoresistentes, tienen un mejor aislamiento acústico y térmico, y son mucho más duraderas”, aseguró María Florencia Orellana. Así, una casa tipo puede utilizar unas 50 mil botellas plásticas en su construcción que, de otra manera, estarían tiradas en un basural contaminando el ambiente.
Los ladrillos PET son hechos a partir del tereftalato de polietileno (PET por sus siglas en inglés) que viene reciclado de envases descartables de bebidas, ligadas con cemento Portland y aditivos, que se moldea con una máquina manual rodante.
Este tipo de construcción implica costos 40% inferiores respecto al tradicional.
Tres Construcciones se plantea trabajar con microfranquicias, que son como una franquicia normal pero que se instalan en un lugar con problemáticas sociales y de esta forma se genera empleo a nivel local para las personas en situación precaria.