El candidato a intendente de Córdoba por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Javier Musso, nos permite conocerlo mejor en una entrevista exclusiva para Córdoba Times. Su vida, su militancia, la izquierda y la posibilidad de conquistar por primera vez una banca del Concejo Deliberante de Córdoba.
Su misión es bastante grande y él la afronta con apenas 28 años. Con su andar cansino y su casi metro ochenta, Javier Musso transmite una tranquilidad digna de admirar en alguien que está a menos de una semana de uno de los días que recordará el resto de su vida. Sin traje ni camisa, porque desde su partido proponen diferenciarse de los políticos tradicionales, y hasta en eso lo hacen. Cómo así también con su prominente barba, aunque, en este caso, no podemos atribuírsela a que sea por el estereotipo del militante de la izquierda, ya que, en estos tiempos, el bello facial está muy de moda.
“Nací en Parque Velez Sarsfield, pero tengo mis abuelos y mis amigos en Alta Córdoba; aparte por ser hincha de ‘La Gloria’, es como que soy de ahí” nos comenta, y así deja en claro de qué lado del río Suquía tiene su corazón. Además nos abre la puerta de su infancia, y desde ahí comenzamos la entrevista.
CT: Viviste toda tu infancia en los ’90, ¿cómo fue?
Bueno mirá, mis viejos por suerte siempre tuvieron laburo. Me acuerdo que, sobre todo en el segundo gobierno de Menem, se apretaba bastante. Mi vieja era bancaria en el Banco de Desarrollo y, cuando se privatizó, pudo pasar al Nación pero, como se hacía en esa época, resignando la antigüedad. Y mi viejo buscando distintos trabajos. Tengo ese recuerdo del esfuerzo de esos dos laburantes para que no nos falte nada.
CT: Y en tu casa, ¿se hablaba de política? ¿O eso es algo que te nació a vos?
Si, se hablaba, pero mis viejos no eran militantes ni mucho menos. A mi viejo más que nada, siempre le gustó, pero no militaba. Yo me empecé a interiorizar en el último año del secundario, a participar de espacios pero no vinculados a ninguna organización política. Y fue sobre todo el ingreso a la universidad cuando empiezo a militar. Cuando opté por la izquierda, que en ese momento eran organizaciones muy pequeñas.
CT: Estamos hablando del 2005, cuando ingresaste a estudiar historia, ¿cómo viviste ese proceso?
Si, entré en 2005, un año con una de las moviliaciones estudiantiles más grandes contra la ley de educación superior. Y también eso tuvo mucho que ver, porque me marcó mucho. Eran día de toma de facultades, movilizaciones, encuentros en Buenos Aires y ahí comencé a conocer las distintas organizaciones políticas. Y empecé a militar en el Partido de los Trabajadores Socialistas porque, además de la sensibilidad social, me convencí de que la salida tenía que ser una transformación integral de sistema. Pero también apoyado en la fuerza de la clase trabajadora, y vi que era un partido consecuente en ese sentido.
CT: Antes mencionaste que hace diez años la izquierda eran pequeñas organizaciones. Si a eso le sumamos que hoy por hoy, y al revés de lo que ocurrió en los ’90, la militancia política se ha proliferado, ¿crees que el kirchnerismo ayudó a que se de este movimiento?
Los ’90 fueron producto de grandes derrotas. De toda una generación destruida por la dictadura militar. Pero también fueron años plagados de procesos de resistencia de los sectores populares, movimientos de desocupados en todo el país, como fueron Cutral Co, Mosconi y Tartagal. Que después terminó estallando todo en Capital en 2001. Y ese 2001, más que el kirchnerismo, inauguró una nueva etapa de partición política de miles de personas, en distintas organizaciones. El kirchnerismo vino a desviar ese proceso de rebelión popular, ayudado por un crecimiento económico por el aumento de los precios de los commodities, dentro del cual se obtuvieron algunas conquistas para las clases populares y obrera. Es decir, el oficialismo tiene el relato de que desde arriba se le dio participación a los jóvenes, pero nosotros creemos que la política ya estaba en la calle, sólo que ahora la militancia está más organizada que en los ’90.
CT: Quisiera que hablemos de la izquierda en sí. Teniendo ideales tan nobles, ¿por qué crees que históricamente le ha costando tanto triunfar?
La izquierda ha tenido triunfos que han sido modelos para generaciones enteras, lo que causó que sea tal la virulencia para que sea derrotada. Es decir la dictadura militar en Argentina fue para derrotar una generación obrera y de jóvenes que en su gran mayoría eran militantes de izquierda, ya sea izquierda peronista o partidos trotskistas, que fueron asesinados por la AAA (Alianza Anticomunista Argentina). Nuestro balance histórico es que ha habido problemas de estrategia de la izquierda, ya que desde nuestro punto de vista no puede haber transformación posible si un partido arraigado a la clase obrera, que es la que tiene el poder para imponer otro sistema frente a una minoría muy poderosa, busca atajos haciendo alianzas con otros sectores.
CT: ¿Podés darnos algún ejemplo?
Si, Luis Juez empezó con un proyecto centroizquierdista y terminó pactando con Macri. “Pino” Solanas también, que fue un proyecto que muchos jóvenes se ilusionaron, terminó con los más conservadores. Muchos dicen “es que si querés llegar tenés que pactar”, pero nosotros creemos que esa es la razón del fracaso de la izquierda, por lo que sostenemos que tiene que haber una fuerza organizada en la que los únicos aliados sean los trabajadores y los sectores populares. El Frente de Izquierda hoy puede llegar a ser la cuarta fuerza nacional, pero esa es la expresión electoral de un trabajo de muchos años, en que fuimos avanzando en recuperación de comisiones internas antiburocráticas y en muchos gremios del país, de ahí proviene nuestra fuerza.
CT: Cuando se habla de la izquierda, muchos de sus detractores suelen decir: “son de izquierda hasta que hacen un peso, después quieren cuidarlo con las de la derecha”. ¿Qué le responderías a esto?
Le respondería con ejemplos. En el Frente de Izquierda tenemos a Raúl Godoy, que era dirigente del gremio ceramista de Neuquén, fue legislador provincial de Neuquén. Durante el período que el estuvo cobró lo mismo que lo que cobraban sus compañeros de la fábrica, ni un peso más, el sobrante lo entregaba para fondos de lucha y donaciones. Cuando terminó su mandato, al día siguiente estaba en la línea de producción. Esto no pasaba desde la época de Agustín Tosco. Esa es una práctica que hacemos desde nuestro espacio y que nos diferencia de la casta política de los partidos tradicionales.
CT: Si, de hecho una de sus propuestas que les hemos escuchado es que los funcionarios cobren igual que los maestros. ¿Crees que esto es posible?
En principio nosotros ya lo hacemos. Pero también es para sacar a la luz de todos cómo vive la casta política enquistada en el poder, o la “planta permanente” como le dicen algunos bloggeros peronistas (ríe) , que pasan de partido en partido pero siempre están. Esto va más allá de la propuesta en sí, porque es una forma de denunciarlo y también de acompañar al trabajador. Porque los funcionarios dicen que es “por la responsabilidad de la tarea que llevan adelante”, bueno pero, ¿y la responsabilidad de un médico que tiene que salvar vidas y muchas veces sin insumos? ¿O la de una maestra que tiene que estar de colegio en colegio para poder llegar a fin de mes, al frente de 40 o 60 pibes, que muchas veces tienen problemas de atención por las condiciones en las que viven? Esas son responsabilidades.
CT: Para hablar de sus propuestas te invito a que supongamos, primero, que consiguen la banca en el Concejo Deliberante y, segundo, que todas las propuestas que ustedes lleven se las votan a favor, ¿cómo sería Córdoba en ese caso?
Lo primero que tendría la ciudad de Córdoba sería un plan de salud, para que en todos los dispensarios haya insumos y profesionales. La salud es un tema importantísimo que no está separado del ambiente. De hecho en la recorrida que hemos hecho por todos los barrios nos encontramos con una cantidad enorme de enfermedades producto de tener radicadas en suelo urbano empresas contaminantes. Por eso triplicaríamos el presupuesto para salud municipal y erradicaríamos los basurales a cielo abierto y las empresas contaminantes. Córdoba también tendría un plan integral de obras públicas, que empezaría por las cloacas; sólo el 40% de los cordobeces tiene cloacas, que es algo básico. Además este plan generaría puestos de trabajo en una ciudad que los necesita. Esto obviamente no se puede llevar a cabo con el presupuesto actual, por lo que nosotros gravaríamos fuertemente las ganancias de los grandes empresarios, las constructoras, las automotrices y las grandes multinacionales.
CT: ¿En cuanto al transporte?
Nosotros pensamos que tiene que ser estatizado, pero no como la Tamse, sino que puesta en control de los trabajadores y los usuarios, que son los interesados.
CT: Ahora, los trabajadores de la UTA no tiene muy buena aceptación social.
Si, pero eso es porque se confunde a los trabajadores con las cúpulas sindicales, y no son lo mismo. A los choferes no les gusta que la gente los insulte o los maltrate por haber hecho paros para cuidar su bolsillo. Por eso es que se está viendo la posibilidad de que se hagan medidas de fuerza en que el servicio se preste, el usuario marque la tarjeta, para estar asegurado, pero que no se cobre el boleto. Como hacen los trabajadores del subte en Buenos Aires cuando levantan los molinetes y permiten que la gente viaje gratis.
CT: ¿Cómo te ves el 13 de septiembre a las ocho de la noche?
Bueno, estamos peleando para conseguir esa banca en el Concejo. Para llevar las demandas de los trabajadores y de los barrios populares de Córdoba, para que sea un puesto más de lucha. Por eso le pedimos a los que han venido apoyando a la izquierda, tanto en Julio como en Agosto, que nos vuelvan a apoyar porque es el único voto útil contra los partidos tradicionales y porque necesitamos una izquierda fuerte para afrontar las épocas de recesión que se avecinan. Así que espero que sea un día de festejo por haber conseguido ese objetivo.
PH: Pablo Daniel Di Maria
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