El índice compuesto por el JP Morgan subió 19 puntos básicos. Es el resultado de la sostenida venta de bonos de la deuda pública que ya rinden hasta casi 15% anual en dólares.
El cierre de una de las últimas semanas del año no da tregua al Gobierno en una de sus variables más problemáticas. El riesgo país sostiene una tendencia alcista desde principio de mes, llegando a 821 puntos básicos, equivalente a una renta media de mercado de los bonos de deuda pública superior a 11% anual, con mínimo de 3% para el Bonar 19 y máximo de 14,65% para el Bonar 25.
El índice, compuesto por el JP Morgan para medir el factor de riesgo adicional que la deuda soberana de un país tiene por encima de los títulos a 10 años de Estados Unidos, mostró en el último tiempo una testarudez a la hora de perforar el piso de los 750 puntos. Entre las consecuencias más inmediatas, se destaca la decisión del Gobierno de frenar momentáneamente el financiamiento de obra pública a través de las Participaciones Público Privadas.
El freno del instrumento de fondeo público para los programas de participación público privada fue una de los efectos no deseados del grado de desconfianza que pesa sobre los instrumentos de deuda pública con vencimiento posterior a 2020, cuando se prevé la vuelta a un estado de estrés de las finanzas públicas.
De ahí que en el cierre de la semana, se anotan caídas de 1,8% en el Global 27, que rinde 11,7% anual en dólares y 1,2% el Bonar 46 que pasó a rendir 10,67%; mientras que el más castigado en el año es el Bonar 25 que cerró con caída de 0,75%, pero la tasa de retorno ascendió a 14,67% anual en dólares.
Por el contrario, los bonos cortos, como el Bonar 19 logró defender el precio, apenas perdió en la jornada 0,05%, y apenas rinde 3,03% anual, porque no pesa sobre él riesgo de no pago o reestructuración en el mediano plazo.
La suba del riesgo país es una variable sobre fin de año que mancha en cierto sentido la tranquilidad experimentada en otros frentes como un dólar que sigue pegado al piso de la zona de no intervención y una inflación que en las últimas ediciones refleja consistentemente una desaceleración.
En concreto, una suba del riesgo país junto con el impacto de la decisión de la Reserva Federal de aumentar las tasas de interés de referencia no dejan un panorama favorable de cara a 2019 para las necesidades de financiamiento del sector público y el privado. En ese sentido, una señal a la que varios analistas apuntan es la diferencia en tasas de los bonos argentinos que vencen antes y después de las elecciones presidenciales del próximo año.
Específicamente, las tasas de los bonos que pagan en dólares con vencimientos luego de 2019 se encuentran en promedio por encima de los dos dígitos, mientras que las obligaciones que vencen a lo largo de 2019 apenas se acercan a un 5 por ciento.