Evita estos hábitos
El rímel es uno de los productos básicos de maquillaje pero para que cumpla su función debe colocarse de forma correcta, sino puede generar un efecto negativo en el look. Seguí estos tips:
Bombear el aplicador
Eso de meter el aplicador y luego sacarlo para que “agarre” más producto es uno de los errores más comunes. Ese aire extra que se mete al tubo es lo que causa que se formen grumos que terminan luciendo como bolitas en tus pestañas.
Aplicar demasiadas capas
La mayoría de las marcas están hechas para que se apliquen dos capas. Entre más rímel pongas es más probable que las capas se comiencen a secar pero no por completo, sólo a la mitad. Por eso cuando ponés una nueva capa encima de una que ya está completamente seca y dura, tus pestañas terminan luciendo como patas de araña.
Guardarla por años
Si no podés recordar cuándo compraste el rímel, mejor tiralo. Los gérmenes que crecen pueden causarte irritación, comezón, conjuntivitis o abscesos que son dolorosos.
Presión exagerada
Si presionas demasiado al aplicarlo en las pestañas inferiores, te van a quedar marcas bajo los ojos. Y cuando eso pase nos vemos bastante desarregladas. Si te pasa, no olvides limpiarlo cuidadosamente con un hisopo.
Olvidar la raíz
Si sos de las que aplica el rímel desde la base de las pestañas con un movimiento en zig-zig, estás en lo correcto. Es importante empezar la aplicación en la raíz de las pestañas, porque si no se ven más pequeñas de lo que son. Cuando empezamos en la base, lucen más gruesas y abundantes.