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Especialistas afirman que el agua de mar es tan completa en minerales que, procesada y bebida en dosis recomendadas, puede mejorar afecciones gastrointestinales y de la piel.
Siempre supimos que darse baños de mar es bueno para la salud. Lo que pocos sabíamos hasta hoy es que beber el agua del mar también puede ser beneficioso para el organismo. Especialistas afirman que esta agua salada natural es tan completa en minerales que, bebida en dosis recomendadas, puede mejorar afecciones gastrointestinales y de la piel, así como hipertensión y sobrepeso. Además, es ideal para los deportistas, ya que rehidrata el organismo y previene calambres y lesiones.
Cómo beber el agua de mar
El aprendizaje para beber agua de mar debe hacerse poco a poco y de ninguna manera se debe beber tal y como llega a las playas. Las formas de prepararla y beberla dependerán del fin terapéutico o nutricional que se persiga. La administración de agua de mar por vía oral puede tener estos dos formatos: isotónica o hipertónica.
Agua de mar isotónica: Es el agua de mar que tiene igual salinidad que nuestro cuerpo. Se prepara con tres partes de agua potable y una de agua de mar en un litro. Puede utilizarse como agua de beber, o añadida a los jugos naturales y a las infusiones.
Agua de mar hipertónica: Se llama hipertónica al agua que tiene un nivel o “tono” de salinidad superior al nuestro. El agua de mar hipertónica corresponde al agua de mar pura, sin diluir. Se utiliza como: Regulador del tránsito intestinal, purgante y digestiva. Antes de las comidas para reducir el hambre y la ansiedad. Como dentífrico o como enjuagues en la cavidad bucal. En la cocina para salar los alimentos. Para tratamientos tópicos en forma de baño o apósitos.
Todos sus beneficios
– Constipación: «En cada persona el estreñimiento tiene un desarrollo y unas manifestaciones distintas, y por consiguiente el abordaje de este problema no puede ser el mismo para todos: hay quien con dos cucharadas de agua de mar hipertónica resuelve el problema, hay quien lo resuelve incluso con agua isotónica, y hay quien necesita el medio litro de agua hipertónica de una vez», se afirma en el libro de Fundación Aquamaris. «A algunas personas les funciona beberla por la mañana y a otras les funciona mejor beberla por la noche, para evacuar por la mañana», continúa.
Preparación y dosificación: Según las indicación del libro, hay que probar primero con agua isotónica bebida en gran cantidad (de uno a 3 vasos). Dar tiempo a los intestinos para que reaccionen. Si no reaccionan, pasar directamente al agua hipertónica. Probar primero con un vaso. Y si no funciona, ir a los dos vasos.
–Gastritis, úlcera, ardor de estómago, reflujo gastrointestinal. Siendo todas ellas manifestaciones de acidez del sistema digestivo, estas afecciones se pueden combatir mediante la alcalinización por medio del agua de mar, que tiene un pH en torno a 8.
Preparación y dosificación: Preparar un envase de un litro de agua isotónica (250 cc de agua de mar hipertónica y 750 cc de agua dulce). Ir bebiendo durante todo el día a demanda del paladar. Si no fuese eficaz el agua isotónica, recurrir a la hipertónica (nunca más de 500 cc al día), bebiéndola a pequeños tragos para mantener impregnadas el mayor tiempo posible las zonas afectadas.
–Acné. Preparar agua de mar hipertónica bien caliente pero que la resista el codo (40°C). Aplicar con un algodón en cada forúnculo, procurando mantener esa zona caliente durante unos minutos, para que penetre el agua y llegue a las bacterias. Cuanto más tiempo esté aplicada el agua de mar caliente a los forúnculos, tanto más eficaz será el tratamiento. Persistir en el tratamiento hasta que se resuelva el problema.
–Hipertensión arterial. Según se informa en el libro citado, es conocida la contraindicación de la sal para la hipertensión arterial y las cardiopatías. «Eso es cierto para la sal común (refinada), que es la de mayor consumo. El principal problema que presenta esta sal, no es el exceso de sodio (al que se señala como causante de la hipertensión), sino el desequilibrio entre este mineral y los demás, que están naturalmente presentes en la sal marina sin refinar, y por supuesto en el agua de mar», se afirma en la obra de la Dra Rodriguez Zia.
Y agrega: «Por consiguiente, cuando los médicos y la OMS recomiendan reducir el consumo de sal por su incidencia en las patologías cardiovasculares, hay que entender que eso es válido únicamente para la sal refinada, que está totalmente desequilibrada y carente de minerales. Porque efectivamente, lo que perjudica de esa sal es su tremendo desequilibrio mineral. En cambio, el agua de mar provee minerales que restauran el metabolismo de la circulación».
Preparación y dosificación: Es indistinto beberla hipertónica o isotónica. La ventaja de la isotónica es que el paladar la reconoce como propia y nos guía con absoluta precisión en cuanto a la cantidad que necesita el cuerpo. Tomar en dosis fraccionadas agua isotónica (75% agua dulce, 25% agua de mar) a demanda del paladar, hasta un máximo de 2 litros diarios (su contenido en agua de mar es de medio litro).
–Sobrepeso. “Todo apunta, y cada vez con más determinación, a que la ingesta de agua de mar en las formas que mejor acepta y agradece nuestro paladar, puede ser una de las más potentes herramientas que nos ayuden a luchar contra la obesidad y contra la hipertensión y la diabetes que la acompañan”, afirma la Dra María Alejandra Rodríguez Zía en el libro de Fundación Aquamaris.
La médica indica que para bajar de peso, a la ingesta de agua de mar isotonizada (una parte de agua de mar, más 3 de agua dulce) como agua de beber más su uso en la cocina, el paciente debe cambiar su dieta a una que contenga frutos secos, yema de huevo y pescados como caballa, salmón o trucha, además de semillas de lino, sésamo, chía o inca inchi, hortalizas y frutas, en especial frutos rojos. Y abandonar totalmente el consumo de sal de mesa.
“Esta alimentación nos proveerá suficientemente de minerales, que afianzaremos con el consumo de agua de mar. Con esto está completo lo que el cuerpo necesita. Sólo falta añadir como suplemento el omega 3”, finaliza la doctora Zía.