En el capítulo de este lunes se mencionaron máximas que existieron, y que les explicaban a las mujeres cómo ser buenas esposas.
Este lunes, en Argentina tierra de amor y venganza, Anna, el personaje que interpreta Candela Vetrano, se mostró muy interesada en aprender a cocinar nuevas recetas para sorprender a su futuro marido.
“Quiero ser una mujer de mundo, necesito variedades. Me voy a casar, ¿sabés? No sólo quiero cocinarle a Manuel, quiero sorprenderlo. Sé coser, sé lavar, sé hacer turo turo turo, soy atenta, me esmero, no hablo demasiado, pero para casarme me falta”, reflexiona Anna en diálogo con Raquel, “la Polaca”.
Helga, que también estaba presente en la charla, le dice a Anna: “Si un hombre me pide silencio y después me exige comida yo no pienso ni un segundo, agarro cuchillo y clavo en cabeza”.
“Yo no inventé esto, lo leí”, se defiende el personaje de Vetrano y continúa: “Se los voy a leer para que sepan: ‘No lo satures con tus problemas, tus cosas son insignificantes al lado de lo que él tuvo que vivir; preparale una bebida caliente cuando llegue de la calle; quitale las pantuflas; sorpréndelo con comidas originales para que no se aburra’”.
Así, Anna trae a colación una famosa guía de la buena esposa que, lejos de ser un chiste o estar inventada, efectivamente existió y se usó para adoctrinar a las mujeres que estaban por casarse o que ya estaban casadas.