Fue solo un desafio tonto entre adolescentes. ¿Qué podría pasarle al tragarse una pequeña babosa?
Así que el adolescente australiano Sam Ballard agarró a la criatura viscosa y se la comió. No tenía idea de que la babosa llevaba un gusano potencialmente mortal que lo pondría en coma por más de un año, paralizaría su cuerpo y finalmente lo mataría.
En 2010, Sam, un ávido jugador de rugby de 19 años, estaba bebiendo con Jimmy Galvin y varios más de sus amigos cuando una babosa comenzó a arrastrarse por el patio de la casa de Galvin, en Sydney.
“Estábamos sentados aquí, con un poco de vino” recordó Galvin en una entrevista en video este año con Lisa Wilkinson de “The Sunday Project”, un programa de entrevistas sobre temas de actualidad que se transmite en el canal 10 en Australia.
Tras comerse la babosa, Sam se debilitó y se quejó de un dolor severo en sus piernas, de acuerdo con “The Sunday Project”. La madre de Sam, Katie Ballard, dijo al noticiero que al principio les preocupaba que pudiera tener esclerosis múltiple, que había afectado a su esposo. Pero los médicos lo descartaron.
In this special report @Lisa_Wilkinson talks to the amazing family and friends of Sam Ballard #TheProjectTV pic.twitter.com/UXY5KGeWjF
— The Project (@theprojecttv) 1 de abril de 2018
Luego Sam le dijo a su madre que se había comido una babosa.
Sam Ballard se tragó una babosa sin pensar que ello le causaría la muerte.
“Y yo le dije: ‘No, nadie se enferma de eso'”, dijo Katie Ballard.
Pronto, sin embargo, los médicos les dijeron lo contrario. Sam había desarrollado la enfermedad del gusano pulmonar de rata a partir de la babosa infectada, cambiando su vida para siempre.
¿Qué es la enfermedad del gusano pulmonar de rata?
La enfermedad del gusano pulmonar de rata es causada por un gusano parasitario llamado Angiostronjilus cantonensis. Como su nombre lo indica, el parásito se aloja en los pulmones de las ratas y luego se excreta en las secreciones.
Una babosa, un caracol, un cangrejo de agua dulce, camarones, langostinos o ranas, se comen el estiércol de la rata o el parásito se abre camino hacia la criatura que lo infecta. Los peces, sin embargo, no propagan el parásito.
Los seres humanos pueden infectarse si se comen los animales contaminados crudos o poco cocidos, o las verduras que llevan caracoles o babosas que no se han lavado bien.